«Intento trabajar como un pintor. Recuerdo que cuando era todavía casi un niño, pinté un poco. Al viajar, antes compraba libros de historia y novelas policíacas. Ahora acostumbro a adquirir libros de pintura. En uno de ellos he leído que a Augusto Renoir le gustaba mucho marcharse al campo. Se adentraba en el bosque, dormía en la fonda más próxima y pintaba. Así pasaba quince días, y regresaba a casa, con su cuadro acabado. No comprendo por qué no hay más personas que, como yo, sientan la necesidad de hacer algo así. En las ciudades no se puede ya físicamente rodar. Pero yo he reencontrado la técnica de los pintores: la de improvisar.»
Jean-Luc Godard, 1980.